sábado, 15 de diciembre de 2012

La poesia vuelve como la hoja al suelo de un otoño tardío.


Hace unos días leí una frase que supuestamente se le otorga a George Orwell y dice así: “En una época de engaño universal, decir la verdad es un acto revolucionario.”.

Me puse a pensar  en las mentiras con las q convivimos, crecemos  y q nos estallan en la cara. Reflexioné más concretamente en que vivimos engañados pensando que somos los protagonistas de una gran obra, los protagonistas de un largometraje de alto presupuesto donde cada ficha y  engranaje  se moverá y caerá  hacia nuestro favor. Estamos demasiado apegados a nuestro papel como protagonistas q nos negamos a pensar en otras alternativas a un final feliz. Somos inmunes e  inmortales.

Vivimos en una nube de placer, ego y bienestar,  de la q creemos q nunca  caeremos. Y luego llegan las preguntas: ¿Por qué ami? ¿Qué he hecho yo para merecer esto? ¿si eso solo le pasaba a otros?

Somos protagonistas de nuestra propia obra, una obra que nos construimos nosotros  mismos con ayuda de los demás, pero  no de una gran obra que gire en torno a nosotros y que nunca terminará.

Un buen acto revolucionario consiste (creo yo) en darse cuenta que no existe un final feliz. Hay finales con los que podemos ser felices,  o no y que el azar, hechos  arbitrarios, la traición, el desamor, la muerte, el odio, la irracionalidad puede estar acechando ala vuelta de la esquina  para clavarnos sus garras. Existe final. Sin más.  Cuando lo entendamos, podremos empezar a construir. No se trata de ser un desconfiado paranoico solo de ser  Conscientes.

Sobre este tema trata la poesía  que escribo a continuación, sobre esas explosiones inesperadas, para las cuales no estamos preparados: Una promesa de amor eterno cae en saco roto en un abrir y cerrar de ojos, un amigo por una disputa llega a odiarte, por no hablar, de accidentes,  enfermedades, muertes…

2013 Sin aire

Bajo las persianas

y  cierro la puertas.

Así dejo que en el opaco ambiente

el peso me aplaste.

Llorar sin nada ver,

sin verme.

 

Pero  qué es eso que flota y brilla?

Son brillantes ojos rojos

y aunque no la vea,

me atraviesa la sonrisa del azufre.

Venís  a felicitarme? :

Feliz apocalipsis decís!

 

Turba la noche,

tan pronto paz oscura

como  desierto abismal,

en una caída que no se ve el final

y que asfixia  poco a poco.

 

Trece fuertes dedos

os puedo ver,

fuertes garras

brillando creo…

Venís a intimidarme verdad?

a recordarme que ya estás aquí.

 

Flujo incesante

de herida y golpe.

Vuestro hogar?

La ansiedad.

 

Funambulistas  de la trémula y delgada cuerda

Que fantasmas?

Son fotos del pasado que

muerden y atontan.

Presente ensimismado.

 

Dos mil veces pasaron y no los vi.

Esta noche

sin poder dormir,

la cafeína en el alma me abraza ,

me lleva frente al espejo y dice:

Bienvenido al principio del fin ,

tras 21 años ya están aquí,

final en si mismo,

la catarsis ya está aquí.
 



                                                                                                                                   XclimaX
 
Dibujos de: http://tomasboersner.blogspot.com.es/
 
La banda sonora de este post es:

 

2 comentarios:

  1. Guau.... inquietante post... me parece muy interesante la idea de aceptar el final sin juzgarlo, pero para mí es tan complicado como dejar de respirar a voluntad propia... No obstante, estoy trabajando en ello ;)

    Saludos,

    casiopea :)

    ResponderEliminar
  2. creo que tienes mucha razón, no existen los finales felices, pero seguimos buscando esa perfección que creemos que debe existir en algun lugar más que en las películas y los libros, y una y otra vez nos damos cabezazos contra un muro...
    me parece muy bueno lo que escribes y que hagas antes de la poesía una introducción me gusta, le da otro toque ;)

    Pd: la canción de vetusta es genial, buena elección!

    ResponderEliminar