martes, 19 de febrero de 2013

Consúmete, consúmela.



Entra al primer garito que veas abierto una noche de sábado en Madrid. Pásate por un concierto de punk. Prueba una sesión de 6 horas de technoen una macrofiesta con dj internacional o una rave perdida en algún descampado de la periferia. Si eres de gustos más clásicos, disfruta de la verbena en las fiestas de cualquier pueblo.
Sé unx más del lugar. Observa y dime, ¿Qué ves?
Mi pequeña reflexión, basada en mi experiencia y la autocrítica, trata sobre las drogas, el ocio y las actitudes machistas.
Para empezar, me gustaría aclarar, que soy un individuo educado en una sociedad patriarcal al que le han asignado y socializado para desarrollar los roles de hombre, desarrollar mi heterosexualidad, mis prejuicios e ideas preconcebidas con respecto a quiénes son las mujeres y como debía tratarlas y quiénes son las maricas y los marimachos… Sabiendo que tengo toda esa carga en la mochila, trato día a día de no continuar reproduciendo actitudes e ideas machistas. Una vez aclarado esto, empiezo:

En Madrid, como en muchas ciudades del estado español, he podido observar un ocio capitalista y consumista que, sin duda alguna, fomenta actitudes machistas. Para empezar, en la entrada a muchos locales y discotecas, por no decir en casi todos, el precio de la entrada incluye una copa y las mujeres entran gratis. La mujer como reclamo, como gusanito q se pone al anzuelo para ver si muerde el pez; eso sí, un pez que llevará ya un par de copas encima. La música a todo volumen en toda la sala no fomenta mucho las conversaciones, las bromas… se hace difícil relacionarte con más de una persona. Pero bueno, ¿a qué van los tíos entonces a la discoteca? A pillarse el pedo, y ligar. Tratar de establecer relaciones con otra persona por su físico o su forma de bailar, pero el objetivo final son los besos, manoseos o la penetración (el eje de las relaciones sexuales). Luego, poder ponerse medallitas, presumir de las capturas, de “pillar cacho”. Consumo de cuerpos, se objetualiza a las mujeres, usadas como mercancía tanto en la entrada como para el placer de hombres dentro del local.

No quiero entrar en el tema de la promiscuidad. A mí esto no me parece promiscuidad, me parece un consumo de cuerpos, mujeres objetualizadas por su físico a disposición de los placeres de los tíos. Todo acompañado y guiado por el alcohol, el especialista en falsear relaciones, en baboseo, en no entender las señales de otras personas, en no acordarte al día siguiente…etc. Y aquí es donde yo quería llegar. El alcohol, la droga que yo he consumido en mayor cantidad y la que veo que se consume de forma más generalizada en mi entorno. Droga masiva, presente de forma transversal en todas las festividades y celebraciones (desde una comunión a un concierto de hardcore).
Cuando digo que, día a día, trato de no continuar reproduciendo actitudes e ideas machistas, me refiero a un trabajo de reflexión y autocrítica constante de éstas. Me refiero a: ¿Cómo estás mirando a esa chica?, ¿que estás pensando de esa chica?, ¿por qué dijiste“coñazo”?, ¿estás escuchando por igual a todos los miembros de la asamblea?…. Una cosa de la que estoy seguro es que el alcohol no me ayuda en este proceso y, no sólo no me ayuda, sino que lo empeora y, a su vez, me destroza.
Lo he visto tantas veces...: “No sabía lo que hacía”, “es que estaba tan borracho…”,” ¿enserio? no me acuerdo de nada”,“imposible, ¿yo dije eso?” y el peor de todos: “ya, bueno, es que estaba borracho”.
Lo he visto tantas veces en espacios “libertarios” y en diferentes okupas o fiestas alternativas, que se acaban convirtiendo en sitios con alcohol barato y los correspondientes babosos, bromistas haciendo bromas sexistas, “piropeando”, ligando…incluso casos de acoso.

Hoy en día se mantiene la idea de que descontrolar con alcohol es sinónimo de desahogo, efusividad, soltura, salvajismo, desinhibición… yo pienso que no. Podemos desahogarnos, ser efusivxs, soltarnos, ser salvajes e ingobernables, destructivxs y sinceros con nosotros mismxs y nuestras propias limitaciones. Pero yo pienso que no podemos prescindir del autocontrol. No por ahora, quién sabe en un futuro. ¿Sería perfecto vivir sin autocontrol? Sí, pero… ¿Realmente es posible crear espacios tolerantes exentos de actitudes sexistas con drogas? ¿Estamos dispuestos a crear espacios donde puedan darse actitudes sexistas? ¿Y racistas? ¿especistas? En una sociedad como en la que vivimos ¿tan raro resulta articular una crítica colectiva al alcohol siendo éste un objeto de consumismo masivo? ¿Donde está la línea divisoria entre el respeto a nuestra propia integridad y libertad con el respeto a la libertad e integridad ajena?

Considero que ya va tocando que asumamos responsabilidades, que sepamos cuál es nuestra historia y que el proceso de desarticular y desmontar todas las estructuras y símbolos sexistas que nos dan privilegios y que nos atan no es tarea fácil. No nos engañemos: son ideas que están grabadas en lo más profundo de nuestro ser. En mayor o en menor medida, pero ahí están. Las hemos aceptado e interiorizado.

Atrévete a explotar, desahogarte romper con todo, bailar, conocerte y relacionarte sin consumir a nadie, sin consumirte.

Porque ya no hay excusas. Tenemos que ser conscientes.

xCLIMAx

PD-Menos mal que Gandía shore solo es un programa de televisión y por lo tanto ficción. Menos mal que lo que pasa en Gandía se queda en Gandía. Menos mal que yo no soy Clavelito.

PD2- Con suerte este texto saladra en el fanzine anarcofeminista "equilibrio nº3" editado por distri maligna. Y si no apareciese, apareceran otros textos igual o mas recomendables ;)